Arte Callejero: haciendo malabares para vivir.
Por Sandra Rodríguez Hay filas de autos. Algunos conductores serios; otros no tanto. Aparece una que otra sonrisa acompañada de pocos disimulados gestos de desprecio hacia él. Esto es un poco de todo lo que vive y percibe un artista callejero, por lo menos en la comarca donde alguien fuera del "status quo" puede ser víctima de innumerables prejuicios. Un ejemplo de ello es Jesús. Jesús López Martínez es un joven artista callejero, pues con tan sólo 18 años de edad, hace malabares con fuego en los cruceros de la calzada Ermita Iztapalapa. En los semáforos de las calles 17 y 39 de la delegación Iztapalapa, se hallan varios vendedores ambulantes que ofrecen bolsas con plátanos, otros venden dulces, cigarros y botellas de agua; entre ellos destaca Jesús, el único que vende algo más valioso que frituras: su talento al maniobrar los largos palos de madera incendiados con fuego y gasolina que él escupe por la boca. “Pues tomo un trago de gasolina, lo retengo en m...